domingo, 12 de junio de 2016

Una carrera política signada por la violencia, la intolerancia y la brutalidad ¿Quién es "El Gallo" Jalile?


Nos hemos encontrado sorprendidos de sobremanera por una de las notas más incisivas en los últimos tiempos y que más ponen en evidencia los tiempos que corren en nuestro departamento Valle Viejo. Nuevamente se vuelve a hablar del pésimo perfil del Ing. Gustavo "Gallo" Jalile, que resalta por gran "mala gente", polémico, violento e inimputable(amígo del poder judicial), claro, si se tiene en cuenta que no ha declarado jamás por las causas que tiene ante la justicia.
Jalile es sin duda el intendente que muchos podrían llamar en el ámbito de la opinión pública (de la psicología o psiquiatría si se quiere o se puede) "psicópata", es más, lo han dicho muchas veces y es quizá un diagnóstico no muy lejano para el actual mandamás de Valle Viejo. 
Ahora el asunto queda muy poco claro si se trata de un político que mal quedaría ante los ojos del pueblo si se le hace una pericia psiquiátrica. Pero no importa, lo que nos interesó bastante es la muy buena nota que deja a la mirada del lector el diario "La Unión", con fecha 03/06/2016 donde queda muy bien expuesto lo que el intendente de Valle Viejo ha sido y es hasta la actualidad, y qué lo caracteriza sobre todas las cosas: la violencia y la brutalidad.
He aquí la nota:
Título: "Un Gallo violento: Una carrera política y una vida pública signada por la prepotencia y la brutalidad".

La presencia pública de Gustavo Roque Jalile siempre estuvo signada por la prepotencia, la intemperancia, la intolerancia y la brutalidad.
No es por nada que le llaman el “Gallo”. Y él se siente identificado con el apodo que lo acuñó como la marca registrada que lo identifica. Sino basta repasar su historia política y a simple vista se podrá observar que en forma permanente tuvo comportamientos violentos y llenos de barbarie.
El primer jalón público de este accionar alcanzó ribetes escandalosos: en una cena de los no docentes de la Universidad Nacional de Catamarca, desarrollada en una calurosa noche de diciembre, golpeó a quien era su esposa ante más de 300 personas que impávidas vieron cómo el chacarero increpaba y luego le pegaba a Elda Acosta de Jalile.
Según el relato de los testigos de ese hecho, “el funcionario chacarero ingresó a la sede de la Asocición Bancaria, escenario de la fiesta, alrededor de las 5, y sin que mediara palabra alguna golpeó con una trompada en el estómago a su señora esposa, la que por efecto del golpe cayó al piso. No conforme con eso, Jalile siguió castigando a la mujer, que estaba acompañada en la reunión por los hijos del matrimonio, propinándole patadas y tirándola de los cabellos”.
Sin embargo, entre la policía y la fiscal de Instrucción Patricia Olmi se achacaron durante meses la inacción sin que se llegue a aplicar sanciones judiciales al jefe comunal.

Días posteriores, sus seguidores publicaron una solicitada de adhesión, pero a los pocos días quedó en evidencia que se trataba de una patraña para encubrir la gravedad del hecho. En una carta a este medio, Virginia D´Agnillo y Cecilia Porta de Salas que luego de sumarse a los repudios y cuestionar la publicación paga -nunca se supo por quién- porque “deja expuesta la impunidad de este hombre violento que parece tener un derecho tácito a reacionar mal”, desnudan las anormalidades de ese apoyo. Señalan decenas de números de DNI repetidos, inlcuso uno que se reitera 18 veces, más documentos que dejan en claro que se trata de menores, y hasta cifras irrisorias de DNI acompañando la adhesión como 92.896.937 (aún hoy no hay documentos con ese número) ó 828.995.163. “No es posible tolerar y apañar al hombre público polpeador impune. No es posible tolerar que a través de una solicitada mendaz con adhesiones de dudosa procedencia se subestime a la gente vendiéndole la historia tergiversada”, señalaban las mujeres marcando clara posición contra la violencia de Jalile.
La golpiza a su ex esposa tuvo repercusión nacional, a tal punto que se hicieron eco del violento incidente Página 12, Clarín y La Nación. Y también generó repudio en el Congreso Nacional y el ex diputado nacional, Horacio Pernasetti le sugirió públicamente que renuncie, al menos a su cargo partidario porque dañaba la imagen de la UCR, cosa que por supuesto no hizo.
Otras víctimas
En enero de 2007, la ex concejal chacarera Selva Zeballos lo denunció en la seccional policial y en la Fiscalía de Instrucción Nº 2 por amenzas. La mujer había osado adheririr a las múltiples expresiones de repudio contra Jalile por las agresiones a su ex esposa.
La ex edil dijo que mientras ella se encontraba en dependencias comunales el 26 de diciembre de 1996, ingresó Jalile y la increpó y la amenazó. “Concretamente, me dijo te voy a hacer c..., pero no me voy a ensuciar las manos con vos”.
En ese entonces, Zeballos le dijo a LA UNION que no era nada nuevo lo de las reacciones violentas del intendente chacarero y afirmó que en los últimos tiempos se habían generalizado. “Son de conocimiento público lo sucedido con el doctor Albarracín, también con empleados de la ex Deca, o con el locutor de FM Valle Viejo. Es decir que siempre tiene reacciones violentas y que no posee la templanza para hacer frente a la tarea que le demandan como fun cionario público”.
Pero sus corrilgionarios también debieron soportar acciones de esta naturaleza. En junio de 1998, quien era secretario de Prensa de la Juventud Radical de Valle Viejo, Raúl Eduardo Fernández acusaba a Jalile de seguir siendo “soberbio, autoritario, con un estima y amor propio de aquellas personas que al tener el poder creen que lo tiene todo”. Y añadía que “las presiones ejercidas ya son comunes y no asombran a quien conoce a don Jalile, pero no inspiran respeto. No fui, no soy, ni seré obsecuente ni obediente de personas autoritarias y soberbias com Jalile que en el futuro pretende ser gobernador”.
Meses después, cuando un grupo de jóvenes radicales pintaba una pared anunciando un encuentro nacional, se presentó Jalile -según el testimonio de la joven Ana Claudia Aráoz- y les pidió a los gritos que se vayan “si no voy a traer unos changos para que los hagan rec......”.
En setiembre de 1999, se trenzó con un empleado de su propio municipio que quería colocar un trabarruedas a un vehículo de un funcionario porque estaba estacionado en contramano, en estricto cumplimiento de la Ordenanza vigente. Jorge Roberto Díaz detalló a LA UNION que Jalile le ordenó no inmovilizar el vehículo, y que al recibir una respuesta negativa, comenzó a insultarlo y a golpearlo en las piernas. Asimimismo, lo había amenazado que sería cesanteado.
Se pueden contar más y más situaciones donde Jalile se encargó de hacer honor a su sobrenombre: un Gallo violento.

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